Brasilia es una de las ciudades más modernas de Brasil. Es una de las pocas planeadas y la capital del país desde 1960, cuando el presidente desarrollista Juscelino Kubitschek decidió impulsar el traslado de la capital que funcionaba en Rio de Janeiro.

Realmente es una ciudad muy extraña y tiene algunos componentes arquitectónicos únicos. Aquél que gusta de la arquitectura sin dudas tiene que visitar Brasilia para conocer sus edificios y también porque desde el punto de vista urbanístico es una ciudad muy curiosa.

Sin embargo, desde mi punto de vista, se trata de una ciudad excesivamente fría, falta de vida. Esto se pone de manifiesto en primer lugar porque la gente no se moviliza caminando por ningún lado. Todo, absolutamente todo, se hace en auto y es muy raro ver a alguien caminando por las veredas.