Viajar solo o, mejor dicho, con uno mismo, es algo todos deberían hacer alguna vez en su vida. No solo para disfrutar del placer que implica poder hacer lo que uno quiere cuando quiere sin tener que negociar con nadie, sino también para sentir sensaciones que solo aparecen cuando sos únicamente vos con el resto del mundo.
En junio de 2019 viajé sola a Nueva York. Bah, cuasisola, porque en realidad fui a visitar a una de mis mejores amigas que vivía allá hacía seis meses pero, como solo la veía en sus tiempos libres, la gran parte del día me enamoraba de la ciudad por mi cuenta.