Esta fue la primera vez que tomé un crucero. Fue una experiencia interesante, con cosas buenas y otras no tanto.

Lo primero que evalué bastante fue cuál compañía utilizar. Ya conocía la fama de algunas compañías norteamericanas de organizar todo según sus horarios y costumbres. Lo que más me molesta de eso es el horario de la cena. Para mi es completamente imposible cenar con luz solar. Por eso me decidí por Norwegian Cruise, que ofrecía un concepto freestyle, donde, por ejemplo, el rango horario para cenar es bastante amplío y podía hacerlo de un modo más acorde a mis costumbre latina de cenar tarde. Del mismo modo respecto a la ropa, no es necesario participar en la noche de gala, cosa que mucho no me entusiasmaba. El dress code para cenar es el habitual para concurrir a cualquier restaurante citadino, lo que de por si genera un clima mas descontracturado.

Este fue el cuarto destino de mi viaje por el Caribe Sur y otro de los que encontré muy bello. Creo que fue el segundo mejor lugar luego de las Islas Vírgenes.
Fue viaje más al este del Caribe durante este viaje en crucero y muy cercano a Venezuela.

Al puerto donde tomamos amarra, al igual que los anteriores, lo encontré muy limpio y ordenado.
Un pequeño ómnibus nos llevó hasta la salida del mismo. Allí con ayuda de mi GPS comencé a registrar el recorrido que realizaba, ya que mi intención era recorrer por mi cuenta la ciudad y playas pero, ¡tenía que regresar a tiempo al barco!
Si el horario se cumple y uno no regresa a tiempo, el barco se va igual y uno quedará en el sólo sólo como un perro caribeño….