Fui a Mar de Ajó durante años, desde mi niñez hasta el fin de mi adolescencia. Pasaba todo el verano allá.
Eso tenía su lado bueno y su lado malo. Por un lado podía disfrutar de un lugar con playa, jugar al voley muchas horas todos los días, salir de noche en un lugar con cero inseguridad en aquellos años y por otro lado, durante mucho tiempo no conocí nuevos lugares. Además iba a trabajar en un emprendimiento familiar, por más que tuviese tiempo para hacer otras cosas, debía trabajar.
Por lo dicho, mi visión del lugar está afectada por aquella situación, lo que sesga mi opinión.
En este invierno de 2016 decidí ir a pasar unos días, ya que hacía muchos años que no iba por más de una o dos noches.
Me encontró un invierno muy frío y con una tormenta feroz durante los días que estuve. Mis reflexiones no serán estrictamente de este viaje, sino en general del lugar.