Viajar solo o, mejor dicho, con uno mismo, es algo todos deberían hacer alguna vez en su vida. No solo para disfrutar del placer que implica poder hacer lo que uno quiere cuando quiere sin tener que negociar con nadie, sino también para sentir sensaciones que solo aparecen cuando sos únicamente vos con el resto del mundo.
En junio de 2019 viajé sola a Nueva York. Bah, cuasisola, porque en realidad fui a visitar a una de mis mejores amigas que vivía allá hacía seis meses pero, como solo la veía en sus tiempos libres, la gran parte del día me enamoraba de la ciudad por mi cuenta.

Key West (o Cayo Hueso) es una ciudad de 30.000 habitantes, ubicada en el extremo sur de los Cayos de la Florida, estos son una serie de islas unidas por la ruta US1.

Luego de alquilar un auto en Miami emprendí el viaje. La ruta está en óptimas condiciones y se van atravesando todas las islas de los cayos con un paisaje increíble.

Un amigo me recomendó especialmente respetar los límites de velocidad durante el recorrido, ya que lo había detenido la policía en el pasado por no respetarlos.

Eso hice y no tuve ningún problema (al margen de quejarme solito por lo bajo del límite de velocidad).

Como no conseguí hotel en Key West, tuve que dirigirme a la ciudad de Marathon, que queda próxima.