Modernidad snob
Brasilia es una de las ciudades más modernas de Brasil. Es una de las pocas planeadas y la capital del país desde 1960, cuando el presidente desarrollista Juscelino Kubitschek decidió impulsar el traslado de la capital que funcionaba en Rio de Janeiro.
Realmente es una ciudad muy extraña y tiene algunos componentes arquitectónicos únicos. Aquél que gusta de la arquitectura sin dudas tiene que visitar Brasilia para conocer sus edificios y también porque desde el punto de vista urbanístico es una ciudad muy curiosa.
Sin embargo, desde mi punto de vista, se trata de una ciudad excesivamente fría, falta de vida. Esto se pone de manifiesto en primer lugar porque la gente no se moviliza caminando por ningún lado. Todo, absolutamente todo, se hace en auto y es muy raro ver a alguien caminando por las veredas.
Si no estás dispuesto a alquilar un auto, ¡no vayas! Para empeorar las cosas, los taxis son caros y los colectivos pasan muy espaciados. Hay unas autopistas impresionantes que derivan en avenidas secundarias y finalmente en calles que entran a las «súper cuadras». Se trata de cuadras de 500 x 500 metros donde hay monoblocks de 100 metros de largo y nunca más de 6 pisos, ya que es el máximo permitido en la ciudad.
Esto hace que la estructura edilicia de Brasilia sea muy baja y por lo tanto haya mucho cielo abierto. Otra característica de la ciudad es que es muy subterránea, con muchas construcciones bajo nivel, lo cual genera unos espacios muy particulares. Ejemplos de ello son: la Catedral, el Espaço Lucio Costa y el Memorial JK.
«El Plano Piloto» es el área inicialmente planeada de la ciudad y tiene forma de avión. Longitudinalmente se encuentra el Eje Monumental, donde se ubican todas las reparticiones públicas y transversalmente (en las alas del avión) están los edificios de viviendas.
En la intersección de ambos ejes están los únicos edificios altos de ciudad y la terminal de ómnibus (un lugar bastante feo por cierto, plagado de vendedores ambulantes y vagabundos). Brasilia tiene el mayor ingreso per capita del país. Prácticamente no hay industrias y las empresas son escasas.
La actividad principal de la capital pasa por la función pública. Durante la etapa de construcción de la ciudad crearon un lago artificial de dimensiones importantes en una área donde confluían varios ríos, lo cual me imagino habrá costado un montón de esfuerzo y dinero realizar.
Allí, en los márgenes del Lago Paranoá, están los terrenos más caros de la ciudad, por ejemplo, la residencia presidencial tiene vista a este lago. Un hecho curioso es que recientemente gastaron un montón de dinero en construir un puente (con un diseño impresionante, por cierto) para poder cruzarlo.
El Plano Piloto de Brasilia, fue declarado patrimonio de la humanidad, por lo tanto no es posible modificar los primeros edificios que se construyeron hace más de 40 años, sobre lo que serían las alas del avión.
Lo curioso es que estos edificios son algo precarios y al no poder modificarlos mucha gente fue a vivir a barrios aledaños a las alas aunque las mismas todavía no están del todo ocupadas. De modo que el proyecto original se ve algo distorsionado por este motivo.
Otra particularidad de la ciudad es que al estar dividida por zonas no está permitido mezclar actividades, es decir, en la zona residencial no está permitido colocar ni el más pequeño de los negocios.
Esto en principio parecería interesante, pero luego de ver la experiencia creo que fue una mala opción, simplemente porque se fuerza algo que es completamente antinatural, la gente no esquematiza tanto su mente. La consecuencia de esto es que hasta las más pequeñas compras requieren hacer algunos kilómetros hasta llegar al lugar indicado.
Adónde ir en Brasilia
Podés ir a un shopping, quizás a otro shopping y si te sobra tiempo…, ¡ah! sí, a un shopping.
Cines, librerías, discotecas, supermercados, todo, absolutamente todo, está en los shoppings.
Hay una carencia total de opciones tanto culturales como gastronómicas y de divertimento. La ciudad tiene poco más de 40 años de vida y eso se ve claramente en la falta de alternativas, particularmente si se la compara con ciudades imponentes como Río de Janeiro o Buenos Aires.
En una ubicación privilegiada se encuentra «La Torre», sobre el Eje Monumental y enfrentado a todos los ministerios y la casa de gobierno. A pesar de la ubicación, la torre tiene un diseño muy feo y para empeorar las cosas debajo hay una feria improvisada donde se venden baratijas.
Como si todo esto fuera poco, en navidad la convierten en un pseudo árbol de navidad que es horrible. Sé que se puede subir a la torre e imagino que debe haber una vista bastante linda de la ciudad, pero lamentablemente siempre que fui estaba cerrada.
El Parque de la Ciudad es un lugar muy agradable, no hay mucho para hacer más que ir a algún restaurante o bar, pero está muy cuidado y tiene una vegetación muy linda. La gente de la ciudad suele ir ahí para caminar o andar en bicicleta (sí, como imaginan la bicicleta la llevan en el auto y luego la bajan en el parque)
El clima de Brasilia
De noviembre a febrero llueve casi todos los días, por eso el verano no es una buena época para viajar.
El resto del año la ciudad es muy seca, ha llegado a registrarse 15% de humedad relativa ambiente en septiembre, lo que produce el resecamiento de las mucosas y un malestar al respirar, incluso hay gente a la que le sangra la nariz por el clima tan seco.
Lo mejor
La arquitectura es excelente. Los edificios de Oscar Niemeyer son absolutamente imperdibles, los que más me impactaron fueron el Palacio Itamaraty y la Catedral.
Lo peor
Sin dudas lo peor (para mi) es que toda la dinámica de la ciudad pasa por los shoppings, la gente sale del garaje de su edificio para meterse en el garaje del shopping y luego volver a la casa. Creo que Niemeyer hizo una gran labor como arquitecto, pero Lucio Costa falló como urbanista.
La cultura de la ciudad no me gusta, en general los que viven en Brasilia se guían mucho por las apariencias y los bienes materiales. Son extremadamente consumistas y superficiales.
La oferta cultural de Brasilia es muy pobre.
De viernes a domingo (en la época de verano al menos) la ciudad se vacía ya que los políticos vuelven a sus ciudades de origen a pasar el fin de semana, con lo cual la ciudad queda desierta y los domingos prácticamente no hay negocio que abra sus puertas.
FICHA DEL VIAJE
Ciudad Brasilia, Distrito Federal, Brasil
Transporte TAM (desde Buenos Aires) Gol (a Rio)
Fecha del viaje Enero de 2005
Duración 4 días