Aguas del caribe
Samaná fue el primer destino de mi viaje por el Caribe Sur.
Se trata de un lugar nuevo para los cruceros. Como no hay puerto para desembarcar se fondea a cierta distancia de la costa y el traslado se realiza en lanchas.
Como todo en el crucero, la salida del barco fue muy organizada.
La ciudad de Samaná es muy pequeña y la verdad que no le encontré ningún atractivo.
Cuando en el crucero se le preguntó a la gente que le pareció el destino, la impresión generalizada no fue muy buena, especialmente considerando que la mayoría de los huéspedes eran norteamericanos y la infraestructura de este pueblito no llegó a convencerlos (ni a mi).
En Samaná se habla español, la moneda es el Peso Oro Dominicano y el huso horario es UTC-4.
Adonde ir en Samaná
Isla Bacardí
Al desembarcar de las lanchas del crucero llegamos a Samaná y sufrimos el típico acoso de los lugareños.
En el crucero se vendían excursiones. En el caso de Samaná el destino era la Isla Bacardí.
El costo era de 35 dólares por persona. Considerando que este era el único puerto de habla hispana donde pararía el crucero, decidí negociar por mi cuenta el traslado a la isla Bacardi con algún lugareño.
Es curioso que los yankees compraron la excursión en el crucero, pero me encontré con otros turistas que decidieron lo mismo que yo, salir a buscar traslado por nuestra cuenta.
Eran de origen canadiense, francés, portugués, pero no norteamericanos (¡que suelen ser miedosos de todo!).
Finalmente conseguí el cruce a 20 dólares por persona, aunque es cierto que el contraste de las condiciones de seguridad de una y otra lancha era significativo.
El viaje dura sólo unos minutos, porque es cerca, pero no teníamos ni chalecos salvavidas a bordo (al menos yo no los ví). Además, para desembarcar nos pidieron que dijéramos que veníamos de un lugar determinado (no del crucero), porque sino no nos dejarían bajar.
En fin, esos detalles típicamente latinos que nunca pueden faltar.
A pesar de estos puntos, me pareció una buena opción y volvería a comprar este traslado en lugar del otro.
La isla se denomina Bacardí por una publicidad de esta bebida, donde se veían palmeras similares a las presentes en la isla y de ahí su nombre popular.
Es un lugar paradisíaco (más debía serlo cuando era desconocido y desierto), había muchísimos turistas y particularmente muchos de habla francesa.
El agua estaba muy revuelta cuando fuimos, porque la semana anterior azotó un huracán la zona.
Así que fue imposible hacer snorkel. Revuelta y todo, para mi el agua era bellísima y la temperatura mas que agradable.
Además de la playa, hay puestos para comer y una feria de venta de artesanías.
La vuelta a Samaná
A las 17 regresamos en la lancha precaria a Samaná y allí cambiamos de lancha (esta vez la del crucero) para regresar al barco.
A las 18 zarpó el crucero aparentemente con algunas personas ausentes.
Este fue un problema que me acompañó durante todo el viaje. No se porque el horario de zarpada del barco siempre era al atardecer, pero muy temprano. Estimo que será por cuestiones de seguridad, para abandonar el lugar antes de que oscurezca.
Cuando planeé el viaje, olvidé consultar el horario de llegada en los distintos destinos, pero siempre me pareció que era extremadamente temprano y varias veces llegué a último momento al barco.
Además, debe tener que ver la costumbre norteamericana de cenar a la 18, era habitual que me cruzara con gente vestida con traje yendo a cenar a las 18hs, cuando yo estaba regresando de la pileta o jacuzzi en short de baño.
Esta vez eran ellos los que me veían como un poco salvaje a mí :)
DETALLES DEL VIAJE
Ciudad Santa Bárbara de Samaná, Provincia de Samaná, República Dominicana
Transporte y hospedaje Crucero Norwegian Pearl de Norwegian Cruise
Fecha del viaje Noviembre de 2007
Duración 1 día