Samaná fue el primer destino de mi viaje por el Caribe Sur.
Se trata de un lugar nuevo para los cruceros. Como no hay puerto para desembarcar se fondea a cierta distancia de la costa y el traslado se realiza en lanchas.
Como todo en el crucero, la salida del barco fue muy organizada.
La ciudad de Samaná es muy pequeña y la verdad que no le encontré ningún atractivo.
Cuando en el crucero se le preguntó a la gente que le pareció el destino, la impresión generalizada no fue muy buena, especialmente considerando que la mayoría de los huéspedes eran norteamericanos y la infraestructura de este pueblito no llegó a convencerlos (ni a mi).
En Samaná se habla español, la moneda es el Peso Oro Dominicano y el huso horario es UTC-4.