Multidão
Fui a Trindade mientras me alojaba en Paraty, ambas ciudades quedan muy cerca. La última vez que había visitado esta ciudad fue cuando estuve en Angra dos Reis.
En aquel momento mi impresión había sido muy positiva, pero evidentemente sufrió un cambio muy importante en los últimos años, no de infraestructura, sino de volumen de gente que la visita.
Es decir, me encontré con la misma ciudad, pero con una multitud de gente impresionante. Total y absolutamente desbordada la ciudad, sus calles, sus comercios, absolutamente todo.
A este panorama nada agradable hay que sumarle el perfil del visitante, una mezcla de viejos hippies setentosos junto con adolescentes drogones.
Se ingresa a Trindade desde la rodovia Rio-Santos, 18 Km. al sur de Paraty. El camino de acceso es asfaltado, pero muy estrecho, sinuoso, con pendientes pronunciadas y habitual tránsito de camiones.
Es muy peligroso, por lo que hay que ir con mucho cuidado, hay carteles que indican que hay un alto índice de accidentes ahí.
Luego de andar unos minutos el camino se divide en 2, hacia la izquierda se va a las playas de Laranjeiras y Sono y hacia la derecha se va a la Villa de Trindade. Este segundo tramo es mucho peor que el primero ya que el asfalto se encuentra deteriorado y las pendientes son mucho más pronunciadas.
Trindade presenta además de varias playas bellísimas, varios senderos (trilhas en portugués) para recorrer.
Estos son de tierra o arena y están metidos en medio de una tupida vegetación.
Enero es un mal mes para visitar Trindade ya que es época de lluvias y aunque no llueva permanentemente, la lluvia de algunos días atrás dificulta recorrer los senderos ya que se forma mucho barro.
Las mejores playas de Trindade
Praia do sono
Una de las joyitas de trindade. Se llega doblando a la izquierda luego de la bifurcación del camino de ingreso a Trindade.
Luego de andar unos minutos por un camino bastante sinuoso llegamos a Laranjeiras y luego a un estacionamiento improvisado.
A partir de ahí hay que caminar por un sendero durante 1 hora hasta llegar a la playa. El camino no es muy duro porque al ser permanentemente transitado, han colocado algunos elementos que facilitan su recorrido.
Sin embargo, hay que tener resistencia, ya que se trata de una hora de subidas y bajadas en medio de densa vegetación, caminando sobre arena, tierra o barro y con altas temperaturas.
Por supuesto que el recorrido del sendero es muy lindo. Mi recomendación es hacerlo con calma ya que no es difícil, pero hay que hacerlo.
Al final del sendero nos encontramos con la Praia do Sono, un lugar realmente paradisíaco, el agua es de una transparencia total y de un color turquesa.
A pesar del precario camino que hay que realizar para llegar (me refiero al sendero), el mismo es transitado permanentemente con gente yendo y viniendo.
Pensaba encontrar una playa semi-desierta (tipo Brava), pero para sorpresa mía, en la playa había mucha gente instalada con carpas, fue lo más negativo que encontré en el lugar, porque eran muchas carpas y colocadas a sólo unos metros del mar.
También se pueden encontrar pequeños comercios donde venden bebidas y comidas ligeras.
Laranjeiras
Esta playa no es de acceso público porque forma parte de un barrio cerrado.
Al llegar a este punto personal de vigilancia del barrio toma los datos del auto y conmigo fueron muy amables indicándome como seguir hacia Sono.
Praia Brava
Esta es una de las playas más lindas de Trindade. Se llega tomando a la derecha en la bifurcación del camino de ingreso a Trindade, luego de andar unos minutos hay que dejar el auto al lado del camino y caminar por un sendero unos 20 minutos.
Es un poco difícil encontrar la entrada del sendero, ya que no hay ningún cartel que la señale. Si no llovió recientemente el camino no es difícil, pero con lluvia se torna un poco peligroso porque hay partes donde es muy angosto, se forma barro y al lado hay un precipicio lleno de árboles.
Luego de caminar durante algunos minutos el sendero se divide en dos, hacia la izquierda se va a una cascada (cachoeira en portugués) y hacia la derecha a la praia Brava.
La cascada es hermosa, ya la había visitado y tenía muchas ganas de volver, es una de las más lindas que conozco.
El día que fui, solo encontré adolescentes en el lugar, acompañados de un halo de marihuana que iba con ellos a todas partes.
Tomando el camino que va a la playa, luego de caminar unos minutos ya se empieza a escuchar el sonido del mar y la tierra del sendero se va convirtiendo en agradable arena.
Al llegar a la playa vemos un pequeño río, que llega hasta el mar y es originado por el agua que llega del morro.
Como cuando fui había llovido hacía unas horas, tenías cierto movimiento, pero el caudal es muy bajo.
Por la dificultad que presenta llegar a la playa, la cantidad de gente que se encuentra es bastante limitada.
Un modo alternativo para llegar es por lancha, de ese modo se evitan los 20 minutos de caminata, aunque también se pierde lo que ésta tiene de bueno.
Praia do Meio
Se llega luego de recorrer todo el camino que es posible realizar en auto, al final del mismo hay un estacionamiento y varios bares muy agradables sobre la playa.
El agua es limpia y en un extremo de la playa se encuentra el comienzo del sendero que conduce a la praia do Cachadaço.
Praia do Cachadaço
Luego de caminar durante unos minutos el sendero que comienza en praia do Meio, se llega a la praia do Cachadaço. El sendero no es muy pesado, aunque tampoco es del todo simple.
Para personas con movilidad reducida no es recomendable ya que exige cierta condición física.
La playa es bastante grande y tiene dos campings.
Al final de la misma se encuentra el inicio del sendero que lleva a Figueira y la piscina de Cachadaço.
Praia da Figueira (o dos pelados)
El sendero que une praia de Cachadaço con la piscina de Cachadaço me resultó muy difícil, ya lo había recorrido en el pasado y no me presentó dificultades, pero esta vez estaba con tramos completamente llenos de barro por lo que resultaba muy resbaladizo y peligroso.
Antes de llegar a la piscina el camino se divide pudiendo ir a praia da Figueira yendo hacia la izquierda.
La playa es muy chica y durante parte del día queda cubierta por sombra. Es frecuentada por naturistas, aunque nadie fiscaliza que todos queden sin ropa. Podemos decir que es clothes optional.
Piscina do Cachadaço
El final del sendero nos lleva a la piscina de Cachadaço, es realmente increíble que la naturaleza forme este tipo de lugares. Hay rocas alrededor de la costa formando una verdadera piscina.
Cuando llegué el clima estaba muy feo, amenazando empezar a llover de nuevo, por lo que no me entusiasmaba mucho la idea de volver por el mismo camino de barro.
Pero ahí en la playa hay unas lanchas que le evitan a uno todo ese esfuerzo. Por R$5 me llevaron de vuelta a praia do Meio.
Lo peor
La cantidad de gente.
En praia do Meio los bares cobran bastante caros los platos.
Escuché a un brasileño, frecuentador de Trindade hace años, quejarse porque hasta hace poco no eran tan caros y el mozo respondió que era verdad, que cobran más caro por el gran incremento de gente que tuvieron en los últimos años.
Lo que no podés dejar de hacer
Las playas son muy buenas, no dejes de ir a Sono y Brava.
La cachoeira que está cerca de Brava es un lugar especial y los múltiples senderos combinan ejercicio con contacto con la naturaleza.
FICHA DEL VIAJE
Ciudad Trindade, Estado de Rio de Janeiro, Brasil
Transporte Auto desde y hacia Paraty
Fecha del viaje Enero de 2007
Duración 3 días